Ezequiel 37

El valle de los huesos secos

1. El poder de Dios vino sobre mí, y su espíritu me llevó a un valle que estaba lleno de huesos.

2. Me hizo recorrer el valle de un lado a otro, y pude ver que allí había muchísimos huesos, y que todos estaban completamente secos.

3. Entonces Dios me dijo: —Ezequiel, hombre mortal, ¿crees que estos huesos puedan volver a la vida? Yo le respondí: —Dios mío, sólo tú lo sabes.