Salmos 115

Dios merece nuestra alabanza

SALMO 115 (113b)

1. Tú mereces alabanzas, Dios nuestro, y no nosotros; tú mereces alabanzas por tu amor y tu fidelidad.

2. Las otras naciones preguntan en son de burla: «¿Qué pasó con su Dios?»

3. ¡Pero tú estás en el cielo, y haces todo lo que quieres!

4. Los ídolos de esas naciones son objetos de oro y plata; ¡son hechura humana!

5. ¿Y qué es lo que tienen? Una boca que no habla, y ojos que no ven;

6. orejas que no oyen, y narices que no huelen;

7. manos que no tocan, y pies que no andan; garganta tienen, ¡pero no emiten ningún sonido!

8. Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos.

9. Israelitas, pongan su confianza en Dios; ¡él nos ayuda y nos protege!

10. Sacerdotes, pongan su confianza en Dios; ¡él nos ayuda y nos protege!

11. Y ustedes, que adoran a Dios, pongan en él su confianza; ¡él nos ayuda y nos protege!

12. Dios se acuerda de nosotros y nos llena de bendiciones: Bendice a los israelitas, bendice a los sacerdotes,

13. y bendice a quienes lo adoran, sean o no gente importante.

14. ¡Que Dios añada bendiciones sobre ustedes y sobre sus hijos!

15. ¡Que los bendiga Dios, creador del cielo y de la tierra!

16. Los cielos son de Dios, y a nosotros nos confió la tierra.

17. Los muertos ya han bajado al mundo del silencio y no pueden alabar a Dios;

18. ¡nos toca a nosotros alabarlo desde ahora y para siempre! ¡Alabemos a nuestro Dios!